La ciudad de los perros.

Valparaíso es una ciudad de perros. Es común ver a estos animalitos caminando por las calles, como dueños y amos de las grandes avenidas. Se hospedan en las plazas y vagan por cuanto lugar se les ocurra. A veces me gustaría ser un perro. Un perro callejero. Un quiltro.

Sí, los quiltros viven libremente. No les importa nada, sólo buscar alimento. Pero para eso está la señora defensora de los animales que se apiada de ellos y les brinda una ollita con las sobras del almuerzo. Un manjar de dioses para estos perrunos. Y un poco de agua, claro, no queremos que sufran de sed.

También hay algunos famosillos.

Cualquiera que haya tenido el gusto de visitar el cerro Concepción conocerá al perro Julio. ¡Si hasta tiene grupo de fan en facebook! Del jet set nacional. Todo un dandy.


Pero ¿a quién quiero engañar? Todos los que me conocen -o dicen conocerme- saben que detesto a los canes. Los odio. Les tengo una fobia TERRIBLE. Todo gracias a la mascota de mi tía con la que viví un encuentro cercano. No me gusta llegar a la Plaza Victoria con una jauría tras de mí. ¡No! Por lo mismo digo que si quieren tener animalitos en sus casas con los cuales jugar, mimar, alimentar, etc, cuídenlos y no los arrojen a las calles. Después los verán en La Ley de la Selva con Lindorfo llorando. Ah no, verdad que se cambió de canal. Al fin y al cabo son todos iguales.


(Puede leer además este mismo tópico con Mauricio)