24.9.09

Más allá de un "hola", era el brillo de tus ojos al decirlo. La verdad es que no sé cómo tardé tanto en darme cuenta de ciertas cosas. Cómo fue que tu simple saludo ya no causaba el mismo efecto en mí. Sé que algo cambió, pero no estoy segura que fue. Quizás mi desinterés por todo mi entorno, las ansias de desprendimiento de lo antiguo, de lo malo. Así como se caen las hojas en otoño, se caía mi motivación por tu presencia. Hoy ya no eres más que el ex protagonista de la peor película de terror jamás pensada.

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